viernes, 21 de septiembre de 2012

Destinos entrelazados. "Capítulo uno"


No sabía donde me encontraba, ni como había llegado allí. Me vi en una calle con mi abrigo largo rojo; el mismo abrigo al que odiaba. Nevaba y todo era distinto.. yo me veía distinta. Sin siquiera pretenderlo fijé la mirada en una de las tantas personas que pasaban por esa calle, a primera vista no me di cuenta.. pero al momento me percaté. Unos ojos.. no cualquier tipo de ojos, unos ojos claros prácticamente cristalinos que parecían hipnotizarme.. no pude apartar la vista de ellos hasta que un copo de nieve que se posó sobre mi nariz haciéndose agua llamó mi atención. Sonreí. Al volver a mirar, ya no estaban.. fue como un suspiro, a mi misma me pareció estúpido, pero nunca había visto unos ojos así, infinitos; adictivos. Cerré los ojos mientras mi mente intentaba entender la situación.. entonces sucedió, de nuevo esos ojos, pero esta vez en mi mente, no entendía nada y al instante me desperté.

-¡Kassandra! -la voz de esa vieja amargada me despertó por completo.

-Kelly.. es Kelly, odio que me llamen Kassandra -murmuré levantándome. Miré la hora, en dos minutos sonaría mi despertador, ¿por qué siempre igual? cada mañana me despertaba con ese sueño y la señora Bettanei gritaba a pleno pulmón mi nombre para que me despertara justamente dos minutos antes de que sonara el viejo despertador del atractivo capitán América; un viejo regalo de un amigo. Abrí las cortinas y el sol me dio de lleno en la cara, justo al darme la vuelta sonó el despertador.
Me preparé como cada mañana para ir al instituto, desayuné cogí mi mochila y me fui a buscar a buscar a Keira y Kailey; nos llamábamos a nosotras mismas el trío K, el inseparable. Cosas de adolescentes, supongo. Llegaron puntuales, como siempre.

-Hola, Kelly -me saludaron a la vez, como siempre.

-Hola chicas, he vuelto a tener ese sueño -las miré haciendo una mueca, mientras nos dirigíamos a clase.

-Oh, ¿volviste a ver esos ojos cristalinos? -bromeó irónica Keira, atenta a su móvil. Kailey le dio un codazo mientras reía.

-No te burles, sabes que esos ojos son.. especiales -no supe como tomarme el tono en el que lo dijo, así que cambié de tema, exactamente como siempre. Por primera vez todo empezó a hacerseme aburridamente monótono. Al llegar al instituto nos sentamos cerca del aparcamiento, esperando a que sonara el timbre. Kailey fruncía el ceño de manera extraña, entonces me dí cuenta de lo que mirada.. un coche nuevo aparcaba en el instituto.

-¿Lo ves, no?, ¿lo estás viendo Kelly? -me insistió Kailey moviéndome por los hombros mostrándose histérica.

-Lo veo, lo veo -asientí riendo, buscando con la mirada nuevamente el coche.

-Que sea un tío bueno, por favor que sea un tío bueno -Keira susurraba cruzando los dedos mientras cerraba los ojos y Kailey y yo echamos a reír sin siquiera disimular. Al parar el coche nos callamos todas y un chico con gafas de sol bajó del coche, al momento aparté la vista.

-Que asco, un chulo más al saco -negué con la cabeza decepcionada y me fui a clase, ellas se quedaron allí. Fui ha hacerle la pelota a un profesor que estaba por suspenderme y cuando volví a clase mi sitio estaba ocupado. Muy seria y segura me acerqué al chico que estaba en el, de espaldas a mi y toqué su hombro decidida, cuando se dio la vuelta aluciné. Di un paso atrás prácticamente boquiabierta, esos ojos.. los había visto antes, estaba segura, eran esos ojos.. los del sueño.